"Una distribución ineficiente. Mirada desde una funcionaria de un hogar colaborador del SENAME"
Entrevista con funcionarias de Hogar
Aldea Mis Amigos:
Fundación Mis Amigos, como lo dice
su página web oficial, es una institución de derecho privado sin fines de
lucro, colaboradora del Servicio Nacional de Menores (SENAME). Posee
personalidad jurídica Nº 258 otorgada en marzo de 1990, por el Ministerio de
Justicia, la cual se encuentra vigente a la fecha. según consta en RUT
71.656.900-4.
Esta fundación cuenta con un hogar
de menores llamado Aldea Mis Amigos donde se brinda apoyo social a niños que
han sido vulnerados en sus derechos, así este hogar tiene por objetivos brindar
aspectos tales como protección y educación a niños en riesgo social, además de
trabajar en sus vínculos familiares con tal del fin último de la reinserción al
seno familiar del niño, la adopción, o el formar niños que puedan ser
independientes y capaces para los desafíos que se les presente llegada la edad
adulta. Para estos fines fundación mis amigos trabaja en conjunto en el SENAME
de la cual reciben una subvención por niño.
A raíz de profundizar en el problema
de la protección del estado hacia la infancia vulnerada en sus derechos
decidimos hacer una entrevista a una asistente social del hogar Aldea Mis
Amigos, en colaboración a una psicóloga infantil externa a la institución que
se unió a la entrevista, para que nos contaran su punto de vista en relación al
problema de la vulneración de derechos, a su rol como institución no
gubernamental y su punto de vista sobre la función del organismo regulador
estatal sobre este tema el cual es el SENAME
Macarena Alvarez es asistente social
que lleva 5 años trabajando en la Aldea Mis Amigos con niños de cinco a
diecisiete años y once meses que requieren atención especial debido a
dificultades a nivel psiquiátrico. Ella nos cuenta sobre como este hogar brinda
terapias, escolarización, educación en hábitos básicos como la higiene y los
medicamentos psiquiátricos que algunos niños necesitan, muchos aspectos de los
cuales algunos antes de ingresar a este hogar no tenían, según nos cuenta
Macarena. Al preguntarle sobre si es que se presentaban problemas o medidas
insuficientes con respecto a la relación del hogar con el SENAME nos señaló tres
principales problemas. El primero fue sobre el cambio de perfil de los niños
que ingresan a estas instituciones que se separan en RPM que concierne a los
niños que han ingresado por situación de pobreza de sus familias o por algún
otro problema familiar donde no se puedan hacer cargo de ellos, y en los casos
Remper que concierne a los niños que entran en la institución con algunas
deficiencias cognitivas o psiquiátricas y que por tanto necesitan ayuda más
especializada, esta diferenciación no significa un problema en sí, sino que el
problema se hace presente cuando tiene que ver con la subvención que da el
SENAME por cada niño a esta institución, para los casos RPM se da una
subvención de ciento siete mil pesos, mientras que por Remper se da una de ciento
trece mil pesos, cuya diferencia con los RPM es muy poca en comparación a los
gastos especializados que requiere un niño Remper. Así esto apunta a una baja
de recursos, que nuestra entrevistada asocia a una segunda dificultad con el
SENAME la cual es la mala distribución de los recursos, ya que por ejemplo se
pierde mucho dinero en programas ambulatorios (establecimientos de atención
especializada por ejemplo a los niños Remper, que están fuera de las
instituciones), que podrían ser más eficaces si se instalaran dentro del mismo
hogar evitando traslados y otros gastos asociados a los programas ambulatorios,
así nuestra entrevistada declara al SENAME como dificultoso para brindar
oportunidades a los niños más allá de la preocupación de mantenerlos atendidos.
Por ultimo nos cuenta sobre que a partir de esta escases de recursos por parte
del estado se manifiesta en una escasa red de protección a los derechos de los
niños con más dificultades ya que si bien se han destinado mucho dinero a
proyectos de programas ambulatorios estos no alcanzan a generar las bacantes
necesarias para todos los niños.
Otros aspectos que consideramos
relevante de la entrevista fueron los problemas comentados por la entrevistada
vinculados a la decisión de reinserción a la familia o adopción de los niños,
decisiones que pasan por un sistema muy burocrático en la cual los hogares como
Aldea mis amigos tienen poca capacidad para decidir, siendo que son ellos los
que trabajan y conocen la realidad de los menores, y la decisión final termina
dándola un abogado o magistrado con poco conocimiento sobre la realidad de los
niños.
Cabe mencionar como a través de esta
entrevista salen a relucir muchos otros temas que no hacen incapie directamente
sobre el papel del SENAME en la protección de los derechos del niño, pero que
si se vinculan profundamente con el estado de los niños en situación
vulnerable, como lo es la drogadicción, los malos tratos y la pobre educación
que los niños reciben en el seno de sus familias, vinculando el problema psicosocial
de la vulneración de los derechos de los niños a otros problemas macro sociales
como lo es la educación, la pobreza, la falta de oportunidades de los padres,
la educación sexual, y problemática de los sectores más pobres con las drogas
duras.
"Consecuencias en el reconocimiento: La falta de justicia social hacia los niños vulnerables por parte del estado"
A través de esta entrevista se pone
de modo visible una falta de recursos del estado a través del órgano regulador
del SENAME para proteger a los menores vulnerados en sus derechos, ya que
instituciones privadas terminan haciéndose cargo de estos niños de los cuales
la ropa, la alimentación son financiados por donadores y colaboradores externos
como nos señala nuestra entrevistada, mientras que las subvenciones del SENAME
que están vinculadas a servicios de salud y educación de los niños para lo cual
son insuficientes, en especial para los niños que requieren mucha más atención
especial por distintos déficit psicológicos. Poniendo a los niños en una
difícil posición con respecto a su futuro y las oportunidades que puedan llegar
a tener por falta de recursos, así esto pone a la luz un inefisiente rol del
estado en cuanto a la protección de derechos de los niños, por tanto una
“distribución desigual que constituye un impedimento para la
participación igualitaria en la vida social, y, por lo tanto, una forma de
subordinación e injusticia social” (Frazer, 2000). Siguiendo el modelo de
status que plantea Frazer (2000) sobre la justicia social, podemos señalar que
esta está conformada por dos dimensiones, una concerniente al reconocimiento
que refiere al trato cultural que se da a un grupo, dentro de los efectos de
significación y normas institucionales, y otra dimensión referente a la
distribución igualitaria de los recursos disponibles en la estructura económica
de la sociedad. Este modelo de justicia social nos hace sentido a la hora de
analizar el problema de la eficiente distribución de recursos del SENAME, ya
que no sólo es necesario un reconocimiento del grupo de niños vulnerados en sus
derechos a través de la construcción de un organismo gubernamental como el
SENAME, sino que también hace falta una real preocupación a nivel económico por
parte de los actores gubernamentales sobre estos niños, que de no cumplirse
“privan a los actores de los recursos necesarios para una participación plena”
(Frazer, 2000, p. 65), que en este caso serían los niños vulnerables que sin
recursos no tendrán las mismas oportunidades que otros niños, y es aquí donde
se hace presente una falta de justicia social. Esta débil preocupación del
gobierno se hace presente explícitamente en las organizaciones privadas que
deben apoyar el rol del SENAME en la protección de estos niños, como lo es la
fundación Mis Amigos.
"Las consecuencias de un reconocimiento a medias: La desigualdad de oprtunidades"
En la
siguiente entrevista podemos observar la opinión y función de una psicóloga la
fundación “Aldea mis amigos” que acoge a menores con sus derechos vulnerados,
en donde se cuenta como es el funcionamiento de este, el trato y la evolución
de los menores que ingresan a él.
La
entrevistada que ejerce su labor en esta fundación nos comienza contando acerca
de lo que se hace cuando un niño ingresa a la fundación, en donde se evalúa el
daño que este trae y se comienza a investigar la red familiar que existe
detrás, en donde ella comenta que como esta fundación no es un hogar de paso,
siempre vienen con un diagnóstico previo el cual ellos reafirman y comienzan a
trabajar. Señala que el daño más recurrente que traen los niños del hogar son
el maltrato físico, el cual siempre trae una seguidilla de acciones parentales
que terminan desencadenando en esto, por lo tanto a los menores se les trata
con terapias tanto grupales como individuales, para en resumen reforzar su
autoestima y que entiendan por qué están en la fundación.
A raíz de
esto surge uno de los problemas que ella nos nombra como más preocupantes, que es
que a pesar de que los servicios básicos de los menores están muy bien
cubiertos, y que cuentan con buenas fiscalizaciones, el problema radica con la
falta de personal principalmente en los educadores de trato directo que
se relacionan a diario con los menores, ya que cada 20 niños se cuenta
solamente con uno, lo cual muestra una sobre carga de labor que existen muy
pocas personas que optan por realizarlo. La entrevistada opina que esto se debe
a la falta de recursos de parte del estado para financiar personal
especializado y capacitado para cuidar a menores.
A opinión de
ella nos cuenta que la fiscalización tanto de SENAME y de los tribunales es
buena, que ellos acuden cada mes a fiscalizar todo lo que tiene que ver con la
buena calidad de vida de los menores, revisando desde cada área donde ellos se
desenvuelven hasta el registro de cada uno de los menores con cada dato
relevante en su vida, como por ejemplo los registros de salud, para que así
cada menor cuente con lo necesario para mantener una buena calidad de vida.
Pero el
mayor problema que se puede observar que viene directamente de parte del estado
va en la poca supervisión que existe hacia la calidad del trabajo de cada
educador, porque se preocupan mucho de cada servicio básico, pero aún no se le
da la importancia necesaria al apoyo directo hacia los menores vulnerados, aun
no se puede contar con una red de apoyo en las etapas correspondientes, porque
lamentablemente un educador para 20 niños arroja una sobre exigencia en su
labor por lo tanto este no podrá dar el apoyo necesario en el ámbito afectivo a
cada menor como debería serlo. Esto radica principalmente por los bajos
salarios y pocos incentivos para los educadores, y principalmente por un
problema que se observa a diario en la sociedad que es “la distribución
desigual constituye un impedimento”(Frazer, 2000, p. 64) esto sumado a que es
un trabajo demandante que viene con una carga emocional importante, la cual no
es bien remunerada por lo tanto esto se refleja en la falta de estos.
En conclusión
la falta de recursos a los educadores que debería venir directamente del estado
influye en la pronta recuperación de los menores vulnerados y también en la
calidad afectiva de estos, por lo tanto el estado debería preocuparse también
del área afectiva de los menores mejorando los salarios de los educadores
directos que viven día a día con ellos y les brindan su apoyo.
"Una mirada critica de las falencias de SENAME"
En esta
entrevista realizamos un acercamiento a la voz del director de aldea mis
amigos, Luis Ortúzar, quien en un comienzo nos da su punto de vista
acerca del estado como vulnerador de derechos especificando que uno de los
problemas principales de los hogares como el que él dirige es el financiamiento
recibido por parte del estado en relación a los gastos individuales necesarios
para cada niño. Explica que el estado al no prestar la ayuda necesaria
dificulta el proceso de resignificación de los traumas y vulneraciones por los
que cursan los niños, haciendo más difícil la tarea de reinserción familiar o
adopción en los casos que sea viable. A la vez que remarca una responsabilidad
social, mostrando la existencia de un patrón de conducta que ve a estos jóvenes
simplemente como “pobre niños” o futuros delincuentes o drogadictos, haciendo
énfasis en que no se debe olvidar, por parte de la sociedad y del estado, que
estos niños son parte del futuro de Chile., es por eso que hace énfasis en la
obligación estatal de entregar una subvención digna para la atención,
reparación y proyección de los niños que aldea mis amigos mantiene bajo su
tutela.
En cuanto al
SENAME, remarca su función fiscalizadora y de compañía a los niños en los
tribunales, pero también recalca que no es casualidad que este organismo
estatal sea uno de los peores evaluados, que no tiene la capacidad profesional
real que los organismos que atienden y apoyan a los niños necesitan para
funcionar y realizar una labor correcta, por lo tanto el SENAME actúa como un
ente reactivo, el cual espera a que suceda algún tipo de hecho para actuar,
remarcando la falta de una política de menores en Chile, mas allá de la
variedad de programas existente y que operan en relación al gobierno de turno.
Es aquí
donde se destaca como entre el estado y su principal organismo regulador de los
hogares de niños (SENAME), se produce un problema social relacionado a la
existencia de estos niños y sus condiciones cotidianas de mantención, pues el
actual funcionamiento expresado en la voz del director de Aldea mis amigos nos
muestra como la tarea está siendo constantemente obliterada por los organismos
pertinentes, además entra en juego lo dicho por Clemente relacionándolo a como
el sistema de subvenciones se empapa de las problemáticas capitalistas pues “En
última instancia el capitalismo es una forma de beneficiar a unos pocos, por lo
que el surgimiento de los problemas sociales se convierte en algo inevitable,
que permite asegurar un reparto desigual” (Clemente, 1992, pp. 21-22)
De aquí en
adelante la entrevista gira en torno a la exposición de la problemática que
genera el hecho de que ni el SENAME ni los tribunales tienen el personal para
poder supervisar las instituciones, a la vez que estas mismas instituciones no
cuentan, por la precaria subvención, con el personal necesario para su
funcionamiento óptimo. A raíz de esto último el Sr. Ortúzar expone como debe
subsanar a través de otros tipos de financiamiento las necesidades de los
niños, dejando en el tapete que para los gobiernos de turno al parecer los
niños y niñas vulnerables no figuran en sus listas de prioridades.
En resumen,
mediante la existencia de una política clara sobre los menores, una supervisión
y una subvención como la que se requiere, sería posible rescatar y educar mejor
a estos niños, abriendo la posibilidad de que estos logren desarrollar sus
potencialidades y así optar a una vida mejor.